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118 noches después

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Por fin hemos podido volver a salir al campo con nuestros telescopios. Tras decretarse el estado de alarma y con las medidas de restricción de la movilidad establecidas el pasado mes de marzo los habitantes de muchas zonas del país nos quedamos sin posibilidad de disfrutar del cielo estrellado desde nuestros lugares de residencia. Si hubiese dicho que no hemos tenido posibilidad de respirar aire limpio, o beber agua potable alguien se hubiera echado las manos a la cabeza ¿verdad? ¿Por qué el derecho a disfrutar de un cielo estrellado o un entorno libre de ruidos no está considerado igual de importante por los que nos gobiernan? ¿Llegará un día en que se impongan restricciones a la contaminación lumínica como se está haciendo con la contaminación atmosférica? Bueno no me quiero desviar del tema…

El caso es que este pasado fin de semana y 118 noches después de nuestra última observación fuera de casa ya pudimos salir al campo con los telescopios en Madrid. El estado de alarma finalizaba a las 00:00 del domingo pero no quisimos saltarnos la ley y arriesgarnos a una multa saliendo de la comunidad así que a pesar de ser Luna nueva nos subimos a la Sierra a hacer planetaria en vez de ir a Toledo a hacer cielo profundo.

Llegamos a la zona de observación y tuvimos que esperar un buen rato a que se marcharan los coches aparcados. Había mucha gente que había subido a pasear a la Sierra y anochecía muy tarde, de hecho era la noche del solsticio de verano. Aprovechamos para tomarnos el bocadillo de la cena y finalmente, cuando nos quedamos solos, saqué el telescopio y empezamos a observar un rato hasta que Júpiter y Saturno salieran por el horizonte. El cielo en esta zona no es muy bueno, tan solo 19.80 marcaba el SQM, por lo que prácticamente solo podíamos observar los objetos «sencillos» del catálogo Messier como M57, M27, o el dueto de M81 y M82.

Tras tanto tiempo sin poder disfrutar del cielo os podéis imaginar que a pesar de todo este cielo me supo a gloria bendita y hubiera matado por él durante las últimas semanas. Incluso se podía intuir tímidamente la Vía Láctea.

Ya entrada la noche empezamos a ver el brillo de Júpiter destacar hacia el sureste así que quité el ocular, monté la rueda portafiltros y la cámara y encendí el ordenador. El seeing en un primer momento era horrible, de hecho había unas rachas de viento de componente norte bastante molestas. Luego se calmó un poco y roló desde el sur. Esto se notó significativamente en la estabilidad de la imagen que mejoró notablemente sin llegar a ser buena.

Hay que recordar que tanto Júpiter como Saturno se encuentran estos últimos años muy bajos en el horizonte durante sus oposiciones para los observadores boreales por lo que conseguir imágenes de alta calidad de estos dos planetas es bastante complicado para nosotros.

Júpiter con el SC8 y la ASI178MM

Capturé unos 6 vídeos por canal de los cuales los dos primeros fueron totalmente inaprovechables. Además, se daba la circunstancia de que no teníamos ni la GMR ni ningún tránsito de satélites jovianos a la vista con los que Júpiter estaba un poco «soso». Pasamos después a Saturno cuyos anillos no dejan nunca indiferentes. Saqué 4 vídeos por cada canal y en vista de que el seeing seguía «revoltoso» al final decidimos recoger y volver a casa.

Saturno con el SC8 y la ASI178MM

Tras procesar las imágenes, sin ser resultados buenos nos quedamos satisfechos y con ganas de repetir en los próximos días para ver si conseguimos mejoras.

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