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¿Qué son las nebulosas?

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Al contrario de lo que mucha gente cree el espacio no está vacío. Está formado principalmente por átomos de hidrógeno, y en menor medida helio y polvo interestelar. Las nebulosas son nubes gigantescas que se forman cuando hay una gran densidad de polvo y gas en una zona del espacio.

Estos son unos de los objetos de cielo profundo más interesantes de observar a través de un telescopio ya que frecuentemente albergan los lugares donde nacen las estrellas. Con pequeños instrumentos solo observaremos nubecillas, en ocasiones brillantes y en ocasiones oscuras, que contrastan contra fondo del cielo. Cuando disponemos de grandes telescopios con aperturas generosas es posible que empecemos a apreciar algunos de sus colores y estructuras.

Si hablamos de astrofotografía estamos quizá ante los objetos más interesantes para fotografiar por su gran variedad y fantásticos coloridos. No todas son iguales y esto es debido a que hay diferentes tipos de nebulosas en función de su origen.

Tipos de nebulosas

Podemos clasificar las nebulosas en tres grupos en base a la emisión de luz o ausencia de ella.

Nebulosas de emisión

Son aquellas nebulosas que emiten luz como consecuencia de los procesos de radiación de las jóvenes estrellas que se encuentran en sus proximidades. La radiación, principalmente ultravioleta, que producen esas estrellas masivas ioniza las nubes moleculares de hidrógeno en las proximidades. Son muy características de estas nebulosas las regiones HII (hidrógeno alfa) que se forman junto a estrellas jóvenes o las nebulosas planetarias que se forman junto a enanas blancas.

M42, Nebulosa de Orión

Las regiones HII tienen una característica tonalidad rojiza y son bastante comunes. Así tenemos ejemplos como M42, la Gran Nebulosa de Orión, o IC5067 la Nebulosa del Pelícano.

En cuanto a nebulosas planetarias tenemos los ejemplos de M57 o Nebulosa del anillo y NGC7293 o Nebulosa de la hélice.

Nebulosas de reflexión

Las nebulosas de reflexión no emiten luz sino que reflejan la luz de alguna estrella cercana. Esas estrellas no emiten la radiación suficiente para ionizar la nebulosa pero su luz se dispersa en las partículas de polvo de la nebulosa y la vemos reflejada con una tonalidad igual a la de la estrella cercana. Hay alrededor de unas 500 nebulosas de reflexión catalogadas.

Habitualmente estas nebulosas son de color azulado (por ejemplo NGC 1435 o Nebulosa Mérope que se encuentra en M45, el cúmulo de Las Pléyades) porque este color es el que se dispersa más fácilmente pero en algunos casos particulares encontramos otros colores, como en el caso del complejo de nebulosas de Rho Ophiuchi.

M45, Las Pléyades

Como en ocasiones encontramos las nebulosas de reflexión junto a nebulosas de emisión también podemos referirnos a ellas con el término de nebulosas difusas.

Nebulosas oscuras

Las nebulosas oscuras o nebulosas de absorción no están asociadas a ninguna estrella cercana por lo que no emiten ni reflejan luz alguna. Solo apreciamos su existencia porque encontramos en el cielo regiones donde parece no haber estrellas de fondo pero si observamos esas regiones con telescopios infrarrojos vemos que las estrellas están tapadas «detrás» de la nube de gas.

Estas nubes de gas están recubiertas por monóxido de carbono y nitrógeno que bloquean el paso del espectro visible de la luz.

Barnard 150, Nebulosa del Caballito de Mar

Dentro de las nebulosas oscuras encontramos un subgrupo muy interesante denominado «glóbulos de Bok» en los que a veces se forman nuevas estrellas, habitualmente dobles o múltiples.

Algunas nebulosas oscuras son observables a simple vista desde cielos oscuros, como por ejemplo la nebulosa «Saco de Carbón» al este de la Cruz del Sur.

Restos o remanentes de supernova

Hay otras nebulosas que tienen su origen en la muerte o estallido muy violento de las estrellas: las supernovas.

Cuando se produce una supernova el núcleo de la estrella se convierte en una estrella de neutrones o en un agujero negro pero gran cantidad de materia estelar es expulsada de forma violenta al medio interestelar y se forman estructuras brillantes de gas sacudidas por potentes ondas de choque. El ejemplo más conocido de remanente de supernova es quizá M1 o Nebulosa del cangrejo cuya evolución puede apreciarse incluso con el paso de unos pocos años.

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