Este pasado miércoles el cosmonauta ruso Yuri Usachov estuvo en el Planetario de Madrid compartiendo sus experiencias en el espacio con todos los asistentes.
Usachov es un veterano de los vuelos espaciales con 4 misiones de las cuales 3 fueron de larga duración, dos en la MIR y otra en la ISS. En sus viajes espaciales ha sido tripulante tanto de la Soyuz como del transbordador espacial norteamericano. Durante su carrera realizó 7 paseos espaciales.
Anécdotas y sustos en el espacio
La conferencia fue muy entretenida y el público participó activamente haciendo preguntas a lo largo de la misma. Se proyectaron un par de vídeos en los que se explicaba su estancia tanto en la MIR como en la ISS y contaba cómo era la vida en ellas. Resultó muy anecdótico ver la sauna que había en la MIR y como los cosmonautas usaban incluso ramas de abedul en ella. Ante la pregunta de si no era un exceso y un desperdicio de energía usar una sauna en el espacio Usachov respondió que fue una especie de «demostración» de la capacidad tecnológica rusa pero también porque ese tipo de lujos repercutía en un bienestar psicológico para los cosmonautas.
Pero no toda su estancia en el espacio fue tan relajante como una sauna. Durante su primera misión en la MIR vivió un momento de gran peligro cuando el 14 de enero de 1994 la nave Soyuz TM-17 que regresaba a la Tierra golpeó el módulo Kristall de la MIR durante la maniobra de inspección visual. Las paredes de la MIR eran de tan solo 3mm por lo que el impacto de una nave de 8 toneladas podía resultar crítico pero afortunadamente no sufrieron daños considerables y pudieron continuar la misión.
El olor del espacio
Uno de los mitos que se me cayó durante la charla de Usachov era el de que en la ISS olía mal. En alguna ocasión leí que el olor de la estación era desagradable e incluso Scott Kelly comentó en alguna entrevista que olía a metal quemado. Usachov comentó que es cierto en algunos momentos, como resultado de alguna operación técnica pero que en la estación hay filtros de aire que trabajan para purificar el ambiente y que normalmente la estación huele como la cabina de un avión comercial. En algunas ocasiones se puede apreciar un olor como a rocío pero normalmente hay pocos olores y eso se echa de menos.
Respecto a las actividades comunes como la higiene, la alimentación o el ejercicio físico también comentó algunas anécdotas. Por ejemplo, el comportamiento del agua en ingravidez del que dijo que se pasaría todo el día jugando. Las relaciones sociales con el resto de la tripulación y el impacto físico y psicológico también fueron comentadas con detalles tan particulares como por ejemplo «que al volver a la tierra después de estar una larga temporada en el espacio notas las plantas de los pies curvadas».
Es muy sorprendente la sencillez y humildad que Usachov transmite en sus explicaciones. Tal vez sea a causa de la experiencia transformadora que supone estar en el espacio y que comparten todos los astronautas a los que he escuchado hasta ahora. El impacto emocional de verte en el espacio, solo, fuera de tu planeta te hace ver las cosas con otra perspectiva. Usachov comentaba que para él la felicidad era estar vivo y vivir el presente, lo demás (trabajo, familia, etc…) son «un plus».
Usachov es un gran amante de la fotografía y durante su estancia en la ISS pudo hacer muchas fotografías de la Tierra. Siempre intentaba ver y fotografiar su ciudad natal pero ante la pregunta de qué fue lo que más le gustó de la Tierra desde el espacio se refirió a los numerosos atolones australianos y a las Islas Maldivas, a las que fue de vacaciones con su familia cuando regresó de su misión en el espacio.
Usachov cree que todavía es pronto para realizar viajes a Marte y que deberíamos tener una buena razón para ir hasta allí ya que el riesgo de la misión será considerable y se pondrían en juego las vidas de los astronautas. Considera que todavía es necesario experimentar más en el espacio y realizar más investigación para desarrollar tecnologías más seguras y motores más potentes y con menor consumo para acortar los viajes espaciales.
Sin duda, conferencias como la de ayer despertarán vocaciones entre algunos de los niños asistentes a la conferencia en el Planetario de Madrid.