Hace unos días, aprovechando la oposición de Marte y con la intención de realizar una comparación entre mis telescopios monté mi viejo newton 114 en el salón. He de reconocer que fue la primera vez que monté correctamente el telescopio, con su equilibrado bien hecho y su puesta en estación, todo gracias a un video que encontré en Internet y a las interesantísimas charlas a las que estoy asistiendo en la agrupación astronómica a la que recientemente me he apuntado. Mi ignorancia y la impaciencia por no perder ni un minuto para observar habían hecho que montara incorrectamente el telescopio durante todos estos años, lo que ha llevado a un lamentable estado de la montura ya de por sí deteriorada por el tiempo y la baja calidad de los materiales. ¡Para que veáis que quien escribe no es en absoluto ningún experto en esto de la astronomía!
Durante las pruebas de comparación que estuve realizando grabé con la webcam unos cuantos videos lunares con la intención de procesarlos posteriormente. Mi webcam definitivamente no ofrece la calidad necesaria para realizar capturas de calidad por su falta de resolución y escasa capacidad de procesamiento, pero de momento es lo único que tengo para hacer lunar y planetaria, así que hay que conformarse. Una de las capturas que conseguí fue esta:
He de reconocer que soy un inexperto observador lunar. Me explico, he pasado horas y horas mirando la Luna pero he dedicado muy poco tiempo a aprenderme los nombres de los cráteres o los mares. Los conozco de oídas, de lecturas, incluso de fotos que he visto a otros compañeros, pero cuando hago mis observaciones me abstraigo tanto y me quedo tan obnubilado que no me pongo a investigar lo que estoy viendo. Es tal la tranquilidad que me inspira el mirar por el telescopio que muchas veces me quedo minutos y minutos pegado al ocular absorto en la belleza de las imágenes que tengo delante de mí, deleitándome en las irregularidades del terreno, las escarpadas cadenas montañosas, los afilados bordes de los cráteres, y las sombras ¡Que puedo decir de la nitidez de esas sombras tan puras que solo pueden verse en mundos carentes de atmósfera como es el caso de nuestro satélite! Y luego cuando me preguntan ¿Que has visto hoy? Con cara de tonto solo digo «La Luna» como si siguiera siendo aquel niño pequeño que acababa de mirar por primera vez la superficie del satélite a través del telescopio de juguete que venía en el Astronova tantos años atrás.
Pero esta vez, y después de pasar unos minutos procesando y retocando las imágenes me ha asaltado por primera vez la curiosidad de saber qué había estado observando y por ello me he descargado el Virtual Moon Atlas y así fue como descubrí el cráter Platón, presente en la anterior imagen en la esquina inferior izquierda, destacando con su color oscuro. Se trata de un cráter de unos 100Km de diámetro y paredes de entre 1000 y 2000 metros de altura. Está situado en el Mare Imbrium y se cree que se formó hace 3.8 mil millones de años. Entre las peculiaridades de este cráter están unos pequeños cráteres más pequeños en su interior, inalcanzables para mi telescopio pero visibles con equipos más potentes.
Esto ha sido solo una pequeña incursión en la observación lunar,? si de verdad os ha gustado no podéis dejar de pasaros por las webs de José Abreu y Vicente Molina, no os defraudarán.