Este fin de semana fui por primera vez a Pioz, donde se reúnen muchos aficionados a la astronomía de la Comunidad de Madrid para disfrutar de unos cielos bastante buenos teniendo en cuenta su proximidad a Madrid (unos 50 km).Tenía muchas ganas desde hace bastante tiempo de acudir a una de estas «quedadas» ya que mi afición por la astronomía va cada día a más y cada vez son más las preguntas y mayor la curiosidad. También tenía muchas ganas de hacerme una idea sobre como se ve el cielo dependiendo del tipo y tamaño de telescopio empleado, por eso de ir pensando en ampliar el equipo en meses venideros 🙂
Llegamos a la explanada en torno a las 21:00, al ocaso. Conté unos 12 coches y varios telescopios ya montados, algunos realmente espectaculares, tanto por sus tubos como por sus monturas. Aparqué en un extremo y puse el coche mirando hacia la salida por si teníamos que irnos pronto procurar deslumbrar lo menos posible con los faros al resto de la gente. Nos presentamos a la gente de alrededor, con un poco de timidez, todo sea dicho, pero no tardé en reconocer a algunas personas del foro de Hubble y también de la observación que se organizó en Coslada el pasado mes de marzo. El recibimiento fue muy bueno y nos acogieron estupendamente. Al poco tiempo llegaron Roberto y compañía y ya nos presentaron al resto de la gente, como digo se respiraba un ambiente muy agradable y muy buen rollo.
Hechas las presentaciones empezamos a preparar nuestros equipos antes de que se hiciera de noche. Monté el ETX70 en un periquete y me puse a echar una mano a Roberto con los dos equipos que traía, así voy aprendiendo a montar con una clase práctica que siempre es mucho más claro que todo lo que puedas leer por ahí. Roberto me estuvo explicando como equilibrar la montura y alinear a la polar, la verdad es que no me pareció tan complicado como esperaba ¡Pero tampoco estoy seguro de saber hacerlo para la próxima vez, jajaja!
Según se iba oscureciendo el cielo se veían más estrellas y no tardó en hacerse visible la Vía Láctea. ¡Qué maravilla! No pensaba que pudiera verse tan bien tan cerca de Madrid. De todas formas si mirabas hacia el oeste volvías a la realidad y comprobabas como de ese horizonte surgía un espectacular globo de luz naranja que se comía parte del cielo y ocultaba las estrellas. La contaminación lumínica de Madrid es tan grande que si extiendes la mano proyecta sombra…y estábamos a una distancia de 50 km…
Se apreciaban otros núcleos urbanos por CL, como Guadalajara y ¿Cuenca? pero la contaminación lumínica de estas ciudades es mucho más moderada.
La temperatura era estupenda, unos 23ºC y soplaba de vez en cuando una brisa muy suave. La noche estaba bastante despejada sobre nosotros, con algunas nubes hacia el este y algunos relámpagos a lo lejos. Antes de empezar con los telescopios nos pusimos a cenar, tortillita, chorizo… en fin, ya se sabe, hay que coger fuerzas porque la astronomía es muy dura ¡Aunque no lo parezca! 🙂 Mientras cenábamos vimos algunas estrellas fugaces, alguna de ellas realmente espectacular, de las que dejan una estela de humo a su paso que es visible varios segundos. Durante un momento alguna nubecilla pasó sobre nosotros, pero fue poca cosa.
Bueno, con las energías repuestas y metidos en faena nos pusimos primero a echar un vistazo a Júpiter, con el 150/750 de Roberto y el ocular Hyperion Zoom 8-24mm que he de decir que es una auténtica pasada y muy cómodo a la hora de cambiar los aumentos sin necesidad de quitar el ocular. Júpiter se veía muy brillante y muy grande. De hecho me sorprendió este tubo por los aumentos que da y la nitidez de la imagen. Estuvimos mirando también a través del SC8 y qué os voy a contar, mejor que veáis las fotos en el blog que Roberto porque este equipo también se porta de maravilla.
A continuación estuvimos viendo cúmulos, alguna nebulosa como M57 y M27 que también se veían estupendas (aquí es donde ya noto un aumento espectacular con respecto a mi pequeño ETX) y la galaxia de Andrómeda. Roberto también nos estuvo enseñando con el puntero láser algunas constelaciones que todavía no tenía «controladas» como por ejemplo Pegaso. Mientras me daba más explicaciones nos alejamos un poco para intentar sacar una circumpolar con los telescopios de fondo. Como donde hay capitán no manda marinero 🙂 puse en la cámara la ISO y la apertura que me indicó y pusimos la cámara para sacar 10 tomas programadas de 30″ cada una. Había que estar atentos para volver a pulsar el botón pasados los 5 minutos y para ello había que caminar entre los cardos… ¡Nadie me avisó de los cardos de Pioz, deberían ser famosos! jajajaja
Roberto puso su cámara en la montura motorizada y sacó una impresionante imagen de la Vía Láctea que no voy a publicar aquí para no reventarle la exclusiva, así que tendréis que esperar a que la publique en su blog. 🙂
Mientras se hacían las fotografías estuvimos pasando por los otros telescopios que había por allí. Miré por un Dobson de 12″ y ocular de 2″… :-0 Guaaaauuuu. La imagen del doble cúmulo que tenía ante mí era impresionante. Era como estar metido en una burbuja de cristal en medio del espacio. También pude observar por un Newton 200/1000 y si bien la imagen de Júpiter era muy muy buena creo que no me compensaría ese aumento de tamaño y peso en relación a un más manejable 150/750, al menos para empezar. ¡Además para crecer siempre hay tiempo!
También había por allí varios CGE pro 1100 (¿Y un 1400 Rober?). Estuve mirando por un par de ellos y me sorprendió la capacidad de resolución de los mismos. En los cúmulos se apreciaba claramente la separación de las estrellas más pequeñas. También vi Marte, pero como un puntito minúsculo por su posición en esta época del año.
A eso de las 02:00 la Luna empezó a asomar por el horizonte y cuando estuvo más alta también la echamos un vistazo por los telescopios. Era una gozada perderse entre los valles y las cordilleras, observar las sombras en los cráteres y fijarse en los detalles y las figuras caprichosas que se formaban en el terminador.
Como anécdota comentar que también se pasó por allí un pequeño zorro que estuvo rondando toda la noche…lo mismo era el coyote espacial jajajaja.
A eso de casi las 04:00 de la madrugada nos recogimos porque todavía había que conducir un poco para volver a casa. La experiencia ha sido inolvidable y seguro que volvemos a repetir porque una cosa es cierta y es que ¡Esto engancha!