Habían pasado 3 años desde el último eclipse total de Luna y teníamos muchas ganas de disfrutar de nuevo del espectáculo, y de qué manera, con el eclipse de Luna más largo del sigo XXI ¡No podíamos perdérnoslo! Para poder observar el evento en toda su grandeza decidimos ir a un sitio sin contaminación lumínica ya que no es lo mismo ver este fenómeno desde el campo que desde ciudad. Estuvimos estudiando varias ubicaciones y al final nos decantamos por Corral de Almaguer, pensando que tendríamos un buen horizonte este para observar la salida de la Luna.
El eclipse de Luna más largo del siglo XXI
A pesar de ser el eclipse de Luna más largo del siglo XXI éste sería visible solo parcialmente desde España, donde la Luna saldría ya eclipsada por el horizonte.
Salimos de Madrid con bastante tiempo para ir tranquilos. Al ser viernes había algo más de tráfico que los sábados cuando normalmente salimos de observación. Tras poco más de una hora llegamos al lugar de observación, en principio ningún compañero más de la agrupación nos había comunicado que vendría. Hacía una tarde estupenda pero se notaban algunos cirros altos que tenían pinta de darnos guerra durante la observación. Nos pusimos a preparar las cámaras y el telescopio mientras grababa algunas secuencias para el vídeo. Todo normal hasta que… ¡Sorpresa! Ya no me acordaba del rebaño de ovejas que suele pasar antes del atardecer en ese sitio. Recogí a toda prisa todas las cámaras y el telescopio para que no se ensuciaran con el polvo que levantaban los animales al pasar. En cuanto se marcharon volví a retomar la actividad. Cada vez estaba más nervioso, quedaba menos de media hora para saliera la Luna ya eclipsada.
A estas que llega un coche y vemos que son dos compañeros más de la agrupación que venían con su dobson. Montaron enseguida el telescopio justo cuando atardecía y tenía que empezar a salir la Luna. Se notaba que estábamos todos un poco nerviosos y emocionados, con ganas de ver la Luna, pero pasaban los minutos y no había rastro de ella. En ese momento me di cuenta de que un sitio más elevado hubiera sido mejor ya que teníamos una pequeña colina hacia el este. Cogí los prismáticos y empecé a andar hacia arriba para ver si veía la Luna salir. Desde arriba se veían mejor las brumas y nubes lejanas que impedían ver el horizonte. Sin duda la Luna estaba detrás de ellas, por eso no la veíamos. Volví a bajar y justo cuando llegaba hacia el lugar de observación empecé a verla. ¡Ahí se ve! ¡Mirad que oscura!
Observando el eclipse de Luna
Todos empezamos a alucinar con la estampa. La Luna saliendo por detrás de los árboles, con un tono entre anaranjado y ceniza, muy grande. Empecé a hacer fotos con la cámara acoplada al telescopio pero era complicado enfocar. Mientras tanto tenía otra cámara haciendo un timelapse y por otro lado la cámara de vídeo ¡Que locura! Y por supuesto de vez en vez tiraba de prismáticos para mirar el fenómeno. Al ir anocheciendo y elevarse la Luna mientras se acercaba a la fase de totalidad adquiría un color cada vez más rojizo/anaranjado.
Desde hacía un rato se veían los planetas, Venus, Júpiter y un poco más tarde Saturno. También algunas estrellas, las más brillantes, pero al aumentar la oscuridad empezó a brillar la Vía Láctea y finalmente apareció Marte. ¡Menudo espectáculo! Un telón impresionante con el eclipse de Luna y Marte brillando como el fuego en la noche, con ese río de estrellas al lado. A través del telescopio y los prismáticos se veía la Luna rodeada de estrellas y se apreciaba perfectamente la profundidad. Durante un eclipse de Luna es el único momento en que se puede apreciar tridimensionalidad en una Luna llena.
Continuamos viendo y fotografiando el evento. La fase de totalidad pasó y empezó la parcialidad. Primero una pequeña uña de luz en el borde de la Luna. Se apreciaba también un tono azulado junto a esta, me comentaron posteriormente que era debido al ozono de la atmósfera de la Tierra. Por el otro lado la Luna seguía roja pero perdiendo la tonalidad paulatinamente.
Finalmente al ir acabando la parcialidad solamente se veía una sombra oscura sobre la Luna, y el brillo general de ésta era más apagado. Llegado este momento cenamos algo, ya que con los nervios ni nos habíamos parado a comer y disfrutamos del cielo mientras cenábamos y charlábamos sobre lo que acabábamos de ver.
Una experiencia única que esperamos volver a repetir en enero de 2019 con el próximo eclipse de Luna visible desde España. Os dejo ahora con el vídeo de esta aventura, ovejas incluidas 🙂