Me acabo de dar cuenta de que este blog acaba de cumplir 4 añitos la semana pasada. Concretamente el 1 de febrero de 2009 estrenaba este blog con ésta entrada llena de buenas intenciones. Creo que después de todo este tiempo no he defraudado en cuanto a contenido y sinceramente estoy encantado con la evolución dentro de este mundillo de la astronomía amateur que tan buenos ratos me ha dado.
Durante todo este tiempo la astronomía ha sido para mí una bonita afición en la que he aprendido multitud de cosas nuevas, he conocido un montón de gente y me ha servido para crecer como persona y como válvula de escape cuando las cosas han venido torcidas en otras facetas de mi vida. No han sido tiempos fáciles, con esta crisis rodeándonos por todas partes, pero es mirar por el ocular del telescopio y la verdad es que rápidamente se olvidan todos los problemas cotidianos.
A todos los que leéis este blog solo puedo daros las gracias por estar ahí y tomaros unos minutos de vuestro tiempo. Tal vez alguno de vosotros tenga un blog o esté pensando en crear uno, os animo a ello ya que es muy gratificante. Espero que sigáis viniendo a menudo por aquí y que pueda ofreceros contenidos interesantes.
Y dicho esto voy a repasar un poco los momentos «estelares» de estos últimos 4 años ¿Me acompañáis?
Mi primera observación astronómica de esta nueva etapa ( por si no lo sabéis mi afición por la astronomía viene desde muy pequeño pero dejé el telescopio «aparcado» en alguna etapa de mi vida ) fue una fría noche de febrero del 2009 desde el jardín de casa de mis suegros estrenando los regalos de Navidad con los que retomé mi vieja pasión. Una observación pública en el planetario de Madrid y el paso del cometa Lunin despertaron de nuevo en mí la afición por la astronomía práctica. Al poco tiempo adquirí los prismáticos del Lidl que todavía llevo conmigo y que me ha dado muy buenos momentos de observación. Poco después desempolvé una vieja cámara digital e hice mis primeras astrofotografías de estrellas (tengo alguna anterior de la Luna), con ellas empecé a practicar el apilado y el registrado de imágenes, el ABC de la astrofotografía. Un poco después asistí a una observación en Coslada en la que conocí en persona a Roberto Bravo, con quien establecí una buena amistad.
No tardé en hacer mis primeras astrofotos planetarias haciendo algo de bricolaje electrónico. Mi primer Saturno no tenía desperdicio… por aquel entonces me conformaba con disfrutar de la observación visual, que no es poco, y también despertó en mí el interés por el turismo «astronómico» con escapadas a lugares con cielo oscuro como el de Las Hurdes.
Por mi cumpleaños mi familia me regaló el ETX-70 con el que descubrí una faceta nueva y muchos más rincones del cielo que desconocía. El GOTO me facilitó mucho las cosas y a partir de entonces «aparqué» en el salón de casa mi viejo telescopio. Mi viaje en mayo de ese año a Tenerife me permitió disfrutar de un cielo espectacular desde las Cañadas del Teide, donde disfruté de lo lindo con mis pequeños prismáticos. La astronomía ya formaba parte de mi vida de forma habitual.
En junio participamos activamente en una observación con telescopios en Meco, invitados por Roberto Bravo, en lo que fue el germen del nacimiento de AstroAfición. A día de hoy organizamos actividades por las que han pasado cientos y cientos de personas que han descubierto el apasionante mundo de la astronomía.
Durante las vacaciones de ese año estrené mi nueva cámara réflex, con la que pude hacer fotografías mucho más bonitas. Cada día me adentraba más y más en este mundillo y me fascinaba la astrofotografía tanto o más que la observación visual. En agosto acudí a mi primera salida en grupo con un montón más de aficionados y allí pude mirar y comparar diferentes tipos de telescopios, la idea de comprarme un telescopio más grande rondaba por mi cabeza.
En noviembre me apunté a la Agrupación Astronómica Madrid Sur, de reciente creación, tras asistir a una observación pública en Fuenlabrada. El primer año fue muy intenso y para celebrarlo se me ocurrió celebrar un simpático concurso. El ganador fue el mayor asiduo lector de mi blog: Roberto Bravo ( y os doy mi palabra de que no hubo tongo, el tío contestó a los pocos minutos de publicar el post ).
Al poco tiempo comencé a colaborar con el Periódico de Villaverde, mi barrio, escribiendo un breve artículo mensual sobre astronomía y además estrené mi nuevo telescopio, un Newton 150/750 con el que todavía disfruto del cielo nocturno. Este equipo significó un importante salto cualitativo y mi inicio «en serio» en la astrofotografía. Mis primeras salidas de observación con la AAMS. Gané también un ocular en un concurso y me inicié en el mundillo del autoguiado que tantos dolores de cabeza da.
En septiembre del 2010 asistí por primera vez a AstroTiermes donde disfruté como un enano y realicé una fotografía que posteriormente se publicó en la Revista Astronomía ¡Mi primera publicación en una revista de astronomía!. En diciembre me compré un telescopio solar H-alfa para poder disfrutar del eclipse de Sol de enero, pero el mal tiempo nos impidió observarlo ¡Que fiasco! Al menos salí en la tele.
Ya en marzo de 2011 intentamos darle caza a la Superluna y en junio pudimos disfrutar, esta vez sí, de un bonito eclipse de Luna. También hice una escapada a Cabañeros para disfrutar de sus cielos oscuros y en agosto capturé al cometa Garrad. Septiembre de 2011 fue también el nacimiento de Turismo Estelar, un proyecto junto a Roberto Bravo con el que pretendemos fomentar el turismo astronómico. En octubre disfrutamos del cielo de Gredos y fotografié Las Pléyades con bastante éxito. En diciembre viajé a Córdoba donde también disfruté de su cielo nocturno y fotografié M33 y M42.
Ya en 2012 pudimos disfrutar de Marte poco después de su oposición y de una bonita conjunción de la Luna, Venus y Júpiter. Pero sin duda para el recuerdo quedará el tránsito de Venus que pude observar desde Barcelona. Con suficiente material astrofotográfico decidí recopilar esas fotos en una web. Los progresos en estos años quedan patentes en esta comparativa de M31 y en mi primer AAPOD.
Sin duda, estos años han dado de mucho.