Este pasado jueves se producía la ocultación lunar de Venus de la que ya os hablé en este blog, pero desde Madrid no sería tal, sino que se quedaría en una bonita conjunción, con Venus deslizándose a ras de la Luna.
La mañana amaneció totalmente cubierta y aunque la predicción meteorológica decía que despejaría yo no lo tenía nada claro. En cualquier caso y como más vale prevenir que curar, me puse a preparar el telescopio y a cargar las baterías. Usaría el Mak127 y la AZ-GTi por facilidad de transporte ya que tengo una práctica maleta donde lo puedo llevar con facilidad. En vez de bajarme la batería le puse 8 pilas AA para reducir peso. Como cámara usaría la recientemente adquirida Canon 6D que todavía no había podido estrenar por culpa de las nubes a pesar de haberla comprado hace ya 2 meses.
A eso de las 10:00 el cielo empezó a abrir y empezaron a salir los primeros rayos de Sol. ¡Parecía que la previsión se cumplía! Así que no nos lo pensamos más y bajamos a la calle. Como la conjunción era diurna no merecía la pena irse lejos con el coche así que decidimos quedarnos en la propia urbanización y ponernos a la sombra de uno de los bloques de pisos. De esta forma evitaríamos accidentes con el Sol que siempre es un riesgo a tener en cuenta en las observaciones diurnas.
Nada más doblar la esquina de casa encontré la Luna, rodeada de algunos pequeños jirones nubosos translúcidos. En seguida reparé en algo inusual, un pequeño punto brillante debajo de ella ¡Era Venus! Pero que pasada ¡A plena luz del día como brillaba! Normalmente no reparamos en él a estas horas pero al estar tan cerca de la Luna se podía encontrar fácilmente y era muy brillante. A simple vista la conjunción ya merecía la pena.
Monté el telescopio en cuestión de 5 minutos, una de las grandes ventajas de esta AZ-GTi. Primero puse la diagonal con el ocular zoom 8-24 de Baader. Una puesta en estación rápida con la Luna como astro de alineación y ¡Voilá! Listos para contemplar el espectáculo. La Luna era una pequeña rodaja pálida sobre el fondo azulado. Venus brillaba por debajo de ella, con media superficie iluminada, mucho más que el 15% de Selene.
Tras echarle un vistazo por el ocular desmonté la diagonal y coloqué la cámara, ajusté de nuevo el enfoque y el encuadre. La desventaja de la 6D con respecto a mi anterior 600D es que ésta no tiene ventana abatible así que tienes que agacharte y poner unas posturas un poco raras para encuadrar. Me costó un poco pero al final pude empezar a sacar fotos. Cuando estuve satisfecho volví a poner el ocular.
Al rato apareció el conserje de la urbanización y muy serio se me acerca y me pregunta: «Oye, ¿No estarás observando el ático?» y yo me quedo mirándole sorprendido y no me salió otra cosa que decirle: «¡No fastidies! ¡No tengo vecinos tan guapos!». Como su cara de incredulidad iba en aumento ya le expliqué que estaba viendo la conjunción y como no le veía muy convencido le dije que mirara por el ocular. Se quedó realmente sorprendido y hasta que no le expliqué lo que estaba viendo y por qué parecía no creérselo.
Tras un rato observando la conjunción que a esas horas ya sería ocultación en buena parte de Europa, monté de nuevo la cámara y saqué otra tanda de fotos antes de recoger, con la satisfacción de haber observado un nuevo evento astronómico más y agradecido por tener esta afición tan bonita que de vez en cuando nos sorprende con estas carambolas cósmicas.
