Durante este puente de mayo hemos estado de vacaciones por tierras pucelanas. Nuestra intención era visitar el Centro Astronómico de Tiedra y, de paso, acercarnos a Becerril de Campos para visitar la iglesia de San Pedro Cultural, que ha sido restaurada hace 2 años con motivos astronómicos.
Nos costó un poco encontrar alojamiento porque nos pusimos a buscar un poco tarde pero dimos con unos apartamentos rurales cerca de Tiedra, en Mota del Marqués, llamados La aldea colorada. Se trata de un complejo agrícola y ganadero con alojamientos rurales. Llegamos el sábado por la tarde después de hacer paradas en Medina del Campo para comer y visitar el Castillo de La Mota y en Tordesillas para visitar las Casas del Tratado, donde se firmó el reparto del «nuevo mundo» entre los reinos de España y Portugal.
El apartamento rural estaba bastante bien, con su cocina equipada e incluso un patio posterior. La finca era muy amplia. La primera noche no saqué el telescopio porque estaba algo nublado pero hice algunas fotos con la cámara y me dediqué a buscar lugares donde poder poner el telescopio otro día. Tendría que alejarme un poco porque había algunas luces en los edificios pero no tardé en encontrar una buena explanada sin luces y asfaltada, sitio de sobra para plantar el telescopio.
Al día siguiente nos fuimos hacia Palencia, concretamente a Becerril de Campos. Es un pueblo bastante pintoresco, con varias iglesias y por donde pasa el Canal de Castilla. Nosotros estábamos sobre todo interesados en visitar San Pedro Cultural. Se trata de una iglesia que estaba en estado ruinoso y que fue restaurada hace unos años con motivos astronómicos. Entrar dentro de la iglesia causa un gran impacto. Está tenuamente iluminada con luces azules y moradas y la bóveda está decorada con un cielo estrellado.
En el ábside hay un péndulo de Foucault que cuelga de un hueco de la cúpula original. En una de las paredes hay un agujero que se encontró durante la restauración de la iglesia decorado con estrellas. Parece ser que por un agujero de una de las ventanas (estenope) se colaba un rayo de luz durante una fecha concreta y lo iluminaba. No es el único elemento de estas características. En el suelo encontraremos una meridiana solar y otro estenope dibuja un punto sobre ella.
En un par de vitrinas encontraremos un meteorito caído en tierras palentinas y una réplica de una pieza de la misión LISA pathfinder de la ESA. Desde la parte superior tenemos una vista completa de la planta de la iglesia y un hermoso mural pintado con una inspiradora imagen de un imaginario sistema solar.
En las paredes exteriores encontramos dos relojes de Sol y frente a la iglesia, en la plaza, una fuente con una esfera que por la noche se ilumina representando las principales estrellas y constelaciones.
La visita nos encantó y cumplió totalmente con nuestras expectativas. Después nos fuimos a comer un rico cordero al estilo sefardí ¡Delicioso!
Por la noche fuimos a visitar el Centro Astronómico de Tiedra ¡Menos mal que despejó! Se quedó una noche totalmente clara. La entrada al centro astronómico está totalmente a oscuras y el camino señalado con luces rojas, como ya vimos hace un par de años en el Parque Astronómico del Montsec. El CAT es bastante pequeño y es necesario reservar previamente la visita. A la entrada encontramos la taquilla y una tienda de souvenirs (no pudimos resistirnos a comprar un par de camisetas). Una vez registrados nos invitaron a esperar mientras proyectaban un documental. A la hora acordada llegó nuestro monitor, Carlos, para hacernos pasar al planetario. Allí proyectaron un vídeo sobre el Sistema Solar y luego una breve explicación sobre el cielo de esa noche, orientación y las principales estrellas y constelaciones. Después salimos fuera del edificio para ver el cielo y con la ayuda de un láser verde nos hizo la explicación sobre la bóveda celeste.
Posteriormente entramos de nuevo al edificio y pasamos a uno de los observatorios, de techo corredizo, donde tenían uno de los telescopios, un APM APO 175/1400. Este telescopio es el que usan habitualmente para las observaciones solares con un prisma Herschell junto con el telescopio h-alpha.
Comenzamos la observación con la Luna. Eramos un grupo de unas 17 personas y los primeros en observar fueron los niños, muy curiosos como siempre en este tipo de actividades. La Luna estaba algo baja y se notaba bastante la turbulencia, sobre todo cuando Carlos puso un ocular de bastantes aumentos para que viéramos los detalles lunares.
Después observamos la galaxia M104, M13 y Albireo así como Júpiter. Mientras esperábamos nuestro turno llegamos a ver 3 brillantes líridas cruzando el cielo. La observación fue bastante amena entre las preguntas de los asistentes y las explicaciones de Carlos, así como las anécdotas que nos contábamos. Un ambiente muy distendido y cordial. A pesar del fresco de la noche (2ºC) dentro del observatorio se estaba bastante bien. ¡Que ganas de poder tener el mío propio algún día!
En total la actividad duró 2 horas que se pasaron volando. Volvimos a la casa rural a eso de las 2 de la mañana y aprovechamos que estaba despejado para sacar algunas fotos nocturnas en los alrededores para tener una idea de la oscuridad del cielo y la contaminación lumínica. De camino una lechuza se nos cruzó delante del parabrisas con el consecuente grito de Diana.
Nos apartamos unos 3o0 metros de la casa rural y me bajé a sacar unas fotos para hacer un panorama. Lo peor estaba al Este, donde la luz de Valladolid, a 40 kilómetros, era la más notable. Me llamó mucho la atención que bastantes pueblos se han pasado ya al LED blanco, muy intenso además.
Al día siguiente nos hubiéramos pasado por el Museo de la Ciencia y hubiéramos visitado el planetario, pero al ser festivo solo abrían por la mañana así que en vez de ello hicimos una ruta turística por los pueblos de alrededor. Por la noche no pude observar con el telescopio por culpa de las nubes así que finalicé estas astrovacaciones sin poder usar mi telescopio. Al menos me llevé el pequeño Gandalf (Nexstar 5) que ocupa y pesa poco.
En definitiva unas breves vacaciones muy interesantes y que a pesar del tiempo un poco variable pudimos aprovechar en gran medida.