Esta semana vimos con tristeza como uno de los iconos astronómicos de nuestra era, el radiotelescopio de Arecibo, se desmoronaba. El accidente se produjo como consecuencia de la rotura de algunos cables de sujección durante los últimos meses. El 10 de agosto se rompió uno de los cables de apoyo que sujetaban los instrumentos del radiotelescopio y en noviembre se mandó una reparación de emergencia pero pocos días antes de que llegara el equipo de trabajo se rompió un segundo cable, esta vez principal.
La caída de los cables sobre el enorme plato receptor de 305 metros de diámetro causó daños importantes en las dos ocasiones. La caída del segundo cable fue la puntilla para este radiotelescopio y finalmente la NSF (National Science Foundation) decidió el 19 de noviembre que había importantes riesgos para la seguridad y que el radiotelescopio sería desmantelado.
Hitos del radiotelescopio de Arecibo
El radiotelescopio de Arecibo empezó a construirse en 1960 y realizó su primera observación el 1 de noviembre de 1963. La antena reflectora era un plato fijo de 305 metros de diámetro y la antena receptora de 900 toneladas de peso se situaba en el punto focal colgada de 3 puntos de apoyo lo que permitía orientar las observaciones y dotaba al instrumento de la posibilidad de observar en torno a 40º alrededor del cenit. Al estar ubicado en Puerto Rico, podía observar todos los planetas del Sistema Solar. El radar que incorporaba el radiotelescopio permitía también obtener imágenes de objetos astronómicos con este instrumento.
Entre los hitos y descubrimientos del radiotelescopio de Arecibo encontramos varios importantes. En 1964 determinó con precisión el movimiento de rotación de Mercurio hasta los 59 días desde los 88 que se pensaba anteriormente.
En 1989 realizó la primera fotografía realizada de un asteroide (4769 Castalia) y un año más tarde permitió descubrir el púlsar PSR B1257+12 donde más tarde se encontrarían los primeros planetas extrasolares descubiertos.
Sin duda, la pérdida de este icónico observatorio será un duro golpe para el campo de la radioastronomía.