La Gran Mancha Roja o GMR es un fenómeno atmosférico de Júpiter que se remonta a más de 300 años y que es visible con telescopios de aficionado. Sin duda es una de las características más llamativas y reconocibles del planeta gaseoso junto a sus bandas ecuatoriales. Durante los últimos años ha ido reduciendo su tamaño y perdiendo su tonalidad rojiza, siendo ahora más pálida.
Se cree que la GMR se formó por la interacción de los rayos ultravioletas solares y los compuestos de la atmósfera joviana. Sea como fuere estamos ante una gran tormenta del tamaño de más de dos Tierras con vientos de más de 400 km/h.
No consta que Galileo hablara de esta mancha roja en sus observaciones, no sabemos si porque por aquel entonces no existía o su rudimentario telescopio no le permitía observar detalles de la atmósfera del planeta. El primero en hablar de las manchas de Júpiter (porque han aparecido varias a lo largo de los años) fue Robert Hooke en 1664 y un año después Giovanni Domenico Cassini se refirió expresamente a una gran mancha roja durante sus observaciones del planeta.
Para planificar la observación de la GMR podemos usar programas y apps, yo uso habitualmente Jupiter Simulator para Android, que es muy sencilla e intuitiva. Algunas páginas como Calsky también nos ayudarán a planificar los próximos tránsitos de la mancha roja.
Además de la Gran Mancha Roja y de los detalles del planeta como las bandas ecuatoriales es muy interesante observar los tránsitos de las lunas galileanas sobre el planeta, sobre todo cuando proyectan su sombra creando eclipses diminutos pero realmente hermosos a vista de telescopio. Igualmente con las anteriores aplicaciones que hemos comentado podremos saber cuando se producirán estos llamativos tránsitos y os animo a observar este fenómeno al alcance de cualquier telescopio de aficionado.
Realmente la atmósfera de Júpiter está en constante cambio y en ocasiones nos ofrece algunas sorpresas. Por ejemplo, hace unos años una de las bandas ecuatoriales desapareció misteriosamente durante unos días. En otras ocasiones han aparecido unas efímeras manchas negras conocidas como «barcazas». Pero, a mi juicio, lo más espectacular de todo fue la aparición de una gran mancha negra en 2009 producida posiblemente por el impacto de un cometa, tal vez lo mismo que ocurrió con el famoso Shoemaker-Levy 9.