Este primer fin de semana de junio se celebraba en Navas de Estena la Starparty «Astroarbacia». El año pasado pudimos pasarnos por allí aunque no conseguimos alojamiento en el propio pueblo. Nos alojamos en «El Refugio de Cristal» en Hontanar y disfrutamos de un buen cielo aunque nos perdimos «la salsa» de la starparty. Este año nos las hemos visto peor y ni siquiera hemos podido encontrar alojamiento en la zona así que tiramos de mapa y planeamos una astroescapada por nuestra cuenta.
Concretamente nos fuimos a Villanueva de la Vera, a una casita rural aislada llamada «A tu vera«. El acceso a la casa es a través de un camino rural, hay que ir con cuidado para no dejarte los bajos del coche, pero ya estamos acostumbrados a este tipo de accesos. Llegamos al alojamiento y no encontramos a nadie, bueno, alguien si que había, una «cachorro» de Labrador que nos recibió un poco desconfiada (que luego supimos que se llama Nana) y un bonito caballo blanco (Zafiro). Sin duda los recepcionistas más originales que hemos tenido nunca. No tardó en llegar Antonio, el propietario de la casa y junto a Teresa nos enseñaron el alojamiento y nos dieron un rico bizcocho que habían preparado.
El entorno era muy bonito, una zona muy verde, muy tranquila y con unas vistas al sur espectaculares desde la propia terraza. Pero como uno tiene mucho vicio enseguida empezó a preocuparse, porque la verdad es que no había muchas zonas abiertas (la casa está en una ladera) y me dí cuenta de que iba a perderme mucho cielo. Incluso dudaba que pudiera ver la polar desde la terraza, pues la casa estaba en medio. No obstante monté el telescopio después de acomodarnos y esperamos al anochecer mientras cenábamos en la propia terraza.
Pronto empezó a verse Júpiter y Marte, que brillan mucho en estas semanas. Y más tarde empezaron a aparecer estrellas. Afortunadamente una de ellas era Polaris, así que con gran alivio por mi parte pude alinear a la polar de forma sencilla (si no me hubiera tocado hacer el método de la deriva).
Ya de noche pudimos comprobar la buena calidad del cielo. El hecho de estar dentro del valle nos protegía de la poca contaminación lumínica de la zona. Estuvimos fotografiando algunos cúmulos globulares pero los planes que traía para fotografiar otros objetos no pude llevarlos a cabo porque se quedaban ocultos por la vegetación. La primera noche estuve hasta las 4 de la madrugada, haciendo fotos con el telescopio y con el objetivo ojo de pez en la 1000D. El SQM marcó 21.43, muy buen cielo.
Al día siguiente hicimos una ruta turística por la zona, llegamos hasta el monasterio de Yuste, donde estuvo Carlos V. Luego comimos e hicimos el camino de vuelta parando a hacer algunas fotos por la zona. Nos echamos una buena siesta para aguantar luego bien por la noche.
La segunda noche fue mejor incluso que la primera. Las estrellas brillaban más y el SQM llegó a 21.53. Empezamos haciendo algo de foto planetaria a Júpiter y Marte. El Newton no es especialista en este terreno pero se defiende bien con el método de proyección ocular. Después estuve fotografiando M66 con su recien descubierta supernova (me entró en el campo todo el triplete de Leo).
Es una gozada disfrutar de un cielo oscuro en total tranquilidad. La sensación de contacto con el cielo es una experiencia difícil de explicar, a mi me relaja muchísimo. De vez en cuando ves pasar una estrella fugaz o un satélite. Los únicos sobresaltos son los de los ruidos producidos por algún animalillo entre la vegetación.
En resumen, ha sido un fin de semana muy agradable y aunque las condiciones para la observación no eran las perfectas por la cantidad de cielo que nos quedaban ocultas entre los árboles el alojamiento tiene un sur espectacular (hasta llegué a ver Omega Centauri, aunque había algunas nubes bajas en el horizonte que impedían verlo con claridad).