Lugar de observación astronómica en El Refugio de Cristal. Las nubes altas estropearon la primera noche.
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San Isidro en El Refugio de Cristal y AstroArbacia 2015

Este pasado puente de San Isidro nos hemos ido a Hontanar, un pueblecito metido en un valle de los Montes de Toledo y que linda con Navas de Estena, municipio donde se organiza la starparty «AstroArbacia». La idea inicial era habernos alojado en el camping donde ya estuvimos hace unos años y donde se celebra la reunión de astrónomos aficionados pero cuando pudimos confirmar nuestra asistencia finalmente no quedaban alojamientos disponibles en varios kilómetros a la redonda así que optamos por alojarnos en «El Refugio de Cristal« al que ya teníamos echado el ojo desde hacía bastante tiempo.

Las vistas desde El Refugio de Cristal.
Las vistas desde El Refugio de Cristal.

Salimos el jueves por la tarde de Madrid y en poco más de hora y media llegamos al alojamiento. El sitio tenía muy buena pinta, muy moderno y con unas vistas espectaculares del valle. Tenía piscina y una terraza chilout que invitaban al relax. El propietario, Álvaro, también es aficionado a la astronomía y de hecho realiza actividades de observación de estrellas desde el alojamiento para los huéspedes con un telescopio dobson. Otra de las cosas que me llamó la atención es que había un apartado acondicionado para la observación astronómica, con una plataforma nivelada para dobson y una columna de telescopio. Incluso Álvaro se ofreció a llevarnos electricidad hasta ella si la necesitábamos.

Lugar de observación astronómica en El Refugio de Cristal. Las nubes altas estropearon la primera noche.
Lugar de observación astronómica en El Refugio de Cristal. Las nubes altas estropearon la primera noche.

La primera noche la verdad es que el cielo no tenía buena pinta. Veníamos de unos días de bochorno y polvo sahariano en suspensión (de esas olas de calor que si te pillan en agosto te cueces) y se notaba algo de nubosidad en capas altas lo que le daba al cielo un aspecto lechoso y no se veían muchas estrellas, la verdad es que fue bastante decepcionante. Pero como uno tiene más vicio que vergüenza y a pesar de estar bastante cansado después de un día de trabajo monté el telescopio con la intención de hacer algo de visual. Como me temía el seeing y la transparencia eran pésimos, Júpiter aparecía como una bola naranja y se intuían las bandas, sin mostrar más detalle. Llevaba el Newton 150/750 para combinar planetaria y cielo profundo así que apunté a M13… pero nada, muy difuso, sin brillo, muy mal. 🙁 resignado desmonté el telescopio y me fui a dormir para estar más fresco al día siguiente.

Observando Júpiter desde El Refugio de Cristal
Observando Júpiter desde El Refugio de Cristal

El viernes por la mañana, después de desayunar nos fuimos de ruta por la zona. Uno de los lugares que visitamos y que nos encantó fue el area recreativa del embalse de la Torre de Abraham. Hay unas pasarelas de madera por las que puedes pasear mientras te adentras en una zona de vegetación bastante frondosa donde se pueden ver y escuchar diferentes aves. Con unos simples prismáticos y si guardamos suficiente silencio el paseo se convierte en una delicia para la vista y el oído.

Birding en el pantano de La Torre de Abraham
Birding en el pantano de La Torre de Abraham

Después continuamos la ruta, pasando por algunos pueblos de la zona y llegamos a Horcajo de los Montes, donde paramos a comer y después continuamos cruzando el P.N. de Cabañeros hasta Retuerta del Bullaque. La carretera que cruza el parque nacional nos permitió disfrutar de un paisaje único, que en plena primavera estaba en todo su esplendor.

Después volvimos a la casa rural para descansar un poco y prepararnos para la noche de astronomía, el cielo estaba azul y había muchas expectativas. Dudamos entre bajar a la starparty en Navas o quedarnos en la casa rural pero los 30 km de distancia por una carretera con unos buenos acantilados nos decidieron a quedarnos finalmente en la casa rural.

Después de una buena siesta y de otro paseo por la zona llegó el atardecer y me dispuse a montar el telescopio. La noche tenía mejor pinta y ya se veían muchas estrellas. Después de equilibrar, enfocar y guiar me dispuse a hacer unas imágenes de M51, la Galaxia del Remolino. El guiado iba perfecto y poco a poco aumenté los tiempos de exposición, de 60″ a 300″ y finalmente 600″. Mientras el telescopio hacía fotos yo me dedicaba a observar el firmamento con los prismáticos 10×50. Hacía muchos meses que no podía disfrutar de un cielo así. Me detuve en la Osa Mayor, que se encontraba muy alta y busqué M51, M81 y M82 hasta encontrar esas pequeñas lentejillas difusas inconfundibles de las galaxias con los prismáticos. Luego me pasé por Leo, Virgo, Coma Berenices y ese cúmulo tan espectacular que se ve a simple vista, Melotte 111 y que desde que lo observé a simple vista hace unos años en La Alberca no deja de fascinarme por su brillo. Más tarde me paseé por Scorpio y busqué la característica región de Rho Ophiuchi, Antares … Finalmente la Vía Láctea comenzó a asomar por los montes cercanos con todo su esplendor. Que maravilla es bucear entre los cúmulos y nebulosas de la región de Sagitario con unos simples prismáticos. Cogí los mapas y me dispuse a reconocer todos los objetos del catálogo Messier que hay en la zona.

Me encontraba ya solo, pues a Diana la pudo el sueño y se fue a la habitación (ventaja de observar desde la propia casa rural). Tan solo me acompañaba el trino de los ruiseñores en el valle y las estrellas. Una experiencia de esas que dices «por favor, que se pare el tiempo que yo me quedo aquí».

El SQM llegó a marcar 21.45 que no está nada mal. No obstante, a pesar de ser una buena noche no fue perfecta. Al revisar las imágenes que salían de la cámara notaba que las estrellas estaban más gorditas de lo normal. Revisaba cada hora el enfoque y estaba bien y me había esmerado en el colimado así que no podía ser otra cosa que mal seeing.

A eso de las 5 de la mañana ya M51 se empezaba a ocultar tras uno de los árboles de la finca así que desmonté el equipo y me fui a dormir, después de haber pasado una muy buena noche disfrutando con los prismáticos. Bueno, he de reconocer que a lo mejor me hubiera quedado un ratillo más pero comencé a escuchar unos ruidos raros entre unos matorrales cercanos y me acojoné un poco. jeje. Si a eso le unimos que al levantar una de las maletas apareció una araña gordota os podéis hacer una idea de que mi retirada fue una cosa similar a esto:

giphy

A la mañana siguiente, como es normal, me levanté fundido. No os digo más que desayuné y me volví a meter en la cama para dormir un poco más. A la hora de comer cogimos el coche y bajamos a Navas de Estena para ver a los compañeros de la starparty. Pero no caímos en el detalle de que la reserva para la comida ya estaba totalmente ocupada y no quedaban plazas en el comedor así que comimos solos en el pueblo ¡Aunque nos encontramos con algún compañero que le había pasado lo mismo y se pasó por allí a por unos bocatas! Para otro año tenemos que coordinar mejor…

Después de comer nos pasamos por el camping y ya si que saludamos a muchos compañeros tanto conocidos como recién presentados. Se respiraba muy buen ambiente y había una ocupación considerable. Hablamos también con Raúl, el responsable del camping al que conocíamos de años atrás. Está claro que este tipo de actividades son un gran empuje para la economía local y la gente del pueblo lo agradece.

Como se presentaba otra buena noche y queríamos estar frescos nos subimos a Hontanar a echarnos la siesta (es lo que tiene trasnochar, que luego por el día estás un poco marmota). Al atardecer monté el telescopio esta vez ya no sobre la plataforma, sino en el propio parking del alojamiento para que el árbol no me molestara al final de la noche.

Los sábados Álvaro realiza observaciones para los huéspedes de la casa rural así que esperé a que terminaran la explicación y la observación con el dobson para empezar a hacer astrofoto de cielo profundo, pero aproveché para hacer algo de planetaria. Venus, Júpiter y Saturno estaban a tiro. Pero la decepción fue mayúscula cuando apunté a Júpiter para enfocar. La atmósfera hacía aguas y no había forma de sacar detalle del planeta. ¡Con la buena pinta que tenía el cielo! Saqué estas imágenes de Júpiter y Saturno, grabando videos de 4 minutos que después he pasado por WinJupos para hacer de derrotación. El Venus no lo pongo porque no ha habido manera de sacar nada decente.

Saturno
Saturno
Júpiter
Júpiter

Un poco temeroso me puse a hacer cielo profundo, insistiendo con M51. El enfoque que ayer me había resultado sencillo se convirtió en una misión casi imposible. Con mucha paciencia y haciendo exposiciones de varios segundos con la máscara de enfoque puesta conseguí sacar un patrón de difracción estable que me permitió enfocar. Comencé a afotar ¡Que sea lo que Dios quiera!

Las primeras imágenes mostraban diferencia con respecto al día anterior, estrellas más gorda y menos detalle. La temperatura era un poco más alta que el día anterior, lo que aumentaba el ruido de la cámara… suma y sigue.  Por último, ya avanzada la noche se levantó algo de viento que afectaba al guiado. ¿Algo más?

Me resigné y volví a sacar los prismáticos para disfrutar de la noche como fuera. El SQM marcaba 21.33 y así se quedó. Lo bueno es que pude volver a disfrutar del trino de los ruiseñores (me llamaba un montón la atención el canto en plena oscuridad de la noche) y de la visión de la Vía Láctea. Esta noche me pasee por Hércules, el Cisne, la Lyra y el Águila, el cúmulo de «la percha» y la corona boreal. Finalmente busqué la galaxia de Andrómeda a última hora. Pero sin duda el momento de la noche fue cuando me tumbé en la terraza chilout mirando hacia el cenit a simple vista. Con el trino de los pájaros, las estrellas y la comodidad de la terraza a punto estuve de quedarme dormido si no fuera por las estrellas fugaces que a veces pasaban y me espabilaban ¡Experiencia 100% recomendable!

Nada como observar las estrellas desde este chilout escuchando el canto de los ruiseñores por la noche.
Nada como observar las estrellas desde este chilout escuchando el canto de los ruiseñores por la noche.

Finalmente a eso de las 5 volví a recoger y me despedí de los cielos de Hontanar, espero que no tardemos mucho en volver a visitarlos.

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Autor: Roberto Ferrero

Roberto Ferrero es miembro de las agrupaciones astronómicas Madrid Sur y AstroHenares. Astrofotógrafo desde el año 2009, sus trabajos han sido publicados en varias revistas especializadas como "Astronomía", Sky&Telescope y Astronomy, además ha contado con varias publicaciones en el AAPOD. En 2020 fue el ganador del V Concurso Internacional de Astrofotografía de Calar Alto. Monitor de astroturismo, divulgador FAAE y responsable de Turismo Estelar, portal web de turismo astronómico.
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