Por fin llegaron las vacaciones. El viaje planificado con antelación comenzaba a tomar forma; las maletas listas, el depósito del coche lleno y el maletero hasta arriba entre telescopio, montura, cámara, maletines… si, este año las vacaciones serían diferentes. Una primera mitad en montaña, con cielos oscuros y una segunda mitad en la playa procesando 🙂 . Busqué con antelación en los mapas de contaminación lumínica y como la segunda parte de las vacaciones estaríamos en Altea me dediqué a mirar algo a medio camino, lo que reducía las opciones a la Sierra del Segura o a la provincia de Teruel. El hecho de que la comarca de Gúdar-Javalambre esté optando a recibir la acreditación de reserva Starlight me decidió por esta segunda opción. Un par de mails a contactos de la zona y ya tenía alojamiento reservado (gracias Maribel si me estás leyendo).
Salimos de Madrid el sábado por la mañana con el cielo cubierto. Tras un viaje muy tranquilo, disfrutando del paisaje, llegamos a Rubielos de Mora, que celebraba su media maratón. Pudimos llegar a la casa rural por los pelos, antes de que cortaran la carretera. Nuestro destino era una casita rural situada a unos 5km del pueblo llamada Masía Los Toranes. Se trata de una antigua masía rehabilitada que cuenta con varios apartamentos y mucho terreno alrededor. Al estar la casa aislada no hay problemas de intrusión lumínica de farolas y además la iluminación exterior de la casa puede ser apagada sin problema. De esta forma puedes disfrutar con tu telescopio al lado de la casa, lo que está muy bien si viajas con familia y quieres disfrutar de tu afición y tener a los niños cerca y que se puedan ir a la cama cuando quieran.
Lamentablemente el primer día estuvo nublado y no pude sacar el telescopio, pero las nubes me dieron una idea de la contaminación lumínica de la zona. Al norte se apreciaba la contaminación lumínica del pueblo, no demasiado exagerada pero si algo molesta, esperemos que con la obtención del certificado Starlight el ayuntamiento apantalle las luminarias (las lámparas son de vapor de sodio por lo que no sería necesario sustituirlas) A pesar de contar con varias iglesias y arquitectura medieval muy bonita no vimos grandes focos apuntando hacia el cielo, con una iluminación arquitectónica bastante contenida, lo cual es de agradecer. Lo que más me llamó la atención fue una boina de polución lumínica al sureste, correspondiente a Valencia, a unos 100Km de distancia. Es triste que Valencia sea la ciudad europea con mayor polución lumínica. Al este Castellón (80km) también era apreciable, aunque en menor medida. El resto del horizonte estaba muy bien, destacando especialmente el sur (Javalambre) completamente oscuro. El cenit también se veía muy oscuro, pero tendríamos que esperar un día para comprobarlo.
Al día siguiente visitamos Teruel y nos dimos un paseo por sus calles y por la tarde nos dirigimos a Albarracín. Allí visitamos este bonito pueblo medieval ¡Aunque con muchas cuestas! También visitamos el primero de los museos paleontológicos del Territorio Dinópolis, Mar Nummus, donde pudimos observar el proceso de fosilización y vimos varios fósiles de trilobites y otros animales del Mesozoico, cuando el Mar de Tethys ocupaba lo que hoy es Teruel.
Ya por la noche, después de cenar algo y aprovechando que el cielo estaba despejado me dispuse a montar el telescopio. Me había traído mi Newton 150/750 para compaginar astrofoto y visual ¡Y menudo cielo! La Vía Láctea se veía incluso antes de que hubiera anochecido completamente, con las últimas luces del atardecer. Monté la cámara y el tubo de guiado y después de alinear a la polar y preparar todos los programas me dispuse a fotografiar mi primer objetivo de las vacaciones La Crescent Nebula, tirando tomas de 10 minutos de exposición y consciente de que el ruido me daría problemas por culpa de las temperaturas (unos 16 grados ambiente, 21 grados el sensor). El cielo era alucinante, la región del Cisne preciosa, con ese saco negro en el culete de la constelación. Se apreciaba a simple vista el doble cúmulo de Perseo y la Galaxia de Andrómeda. Era un poco pronto para Sagitario, que estaba situada sobre la contaminación lumínica de Valencia pero Escorpio aparecía exultante y Marte y Saturno destacaban sobre las estrellas. Un poco más tarde saqué el SQM y de media marcó 21.35 lo que me sorprendió porque me esperaba algo más. Después de tirar unas cuantas tomas a la Crescent y cuando Sagitario salió de la boina de luz de Valencia apunté a M16 y continué con las fotos. Con 10 minutos de exposición ya aparecía bestial la nebulosa en las tomas sin procesar. El guiado se portó de maravilla y lo único a mejorar era el ruido, tendré que refrigerar la cámara un día de estos, a ver que hago.
Vi varias estrellas fugaces, y unos cuantos satélites, pero para mi asombro no vi ningún avión, lo cual también es bueno porque significa que no hay rutas aéreas sobre la zona que puedan estropearte las astrofotos o puedan alterar la atmósfera con las turbulencias de los aviones.
Lo único que interrumpía el silencio de la noche era el ladrido de algunos perros distantes y en un momento dado el de un zorro ¡Demasiado cercano! Que susto me pegó, aunque creo que su ladrido también sonaba a que yo le había asustado a él. A eso de las tres de la mañana comencé a ver algo raro en las montañas próximas que quedaban al este. Una luz rara aparecía en la cima de una de ellas ¿Los faros de un coche? No, no es eso. Era una luz atenuada, como si hubieran encendido una lámpara tras un plástico traslúcido… que cosa más rara. ¿Qué podrá ser? El brillo del misterioso objeto parecía aumentar poco a poco, hasta que de repente vi que se trataba de la Luna, apareciendo tras la montaña. El misterioso brillo era la luz cenicienta… ahora todo encajaba… ¡Que espectáculo ver salir la Luna! Realmente este amanecer lunar es de los más bonitos que he visto en mi vida y eso que he visto unos cuantos. Con la claridad de la luna di por finalizada mi sesión astrofotográfica. Hice los flats y posteriormente mientras hacía algunos darks estuve observando en visual hasta las 4 de la mañana. La zona de Sagitario con la Nebulosa del Águila y la Omega se llevaron parte del protagonismo. Una auténtica pasada.
Continúa en la segunda parte.