El telescopio solar Daniel K. Inouye (DKIST por sus siglas en inglés) acaba de publicar sus primeras imágenes del Sol y nos muestran su superficie con el mayor detalle y resolución que hemos visto hasta ahora.
En las fotografías (y vídeos) podemos observar los enormes gránulos que son como las celdas de plasma en constante movimiento debido a los fenómenos de convección a enormes temperaturas.
Con DKIST los astrónomos y físicos solares esperan estudiar con más detalle el campo magnético solar y las estructuras que componen nuestra estrella y su corona.
Para que os hagáis una idea el tamaño de uno de esos gránulos es similar al estado de Texas o a un país como Francia.
El mayor telescopio solar del mundo
Con sus 4,24 metros de diámetro, DKIST es el mayor telescopio solar del mundo. Ha sido financiado por la National Science Foundation y administrado por el Observatorio Solar Nacional de EE.UU.
Puede realizar observaciones solares tanto en luz visible como en infrarrojo cercano. Mediante el uso de óptica adaptativa permitirá observaciones de alta resolución de características en el Sol tan pequeñas como 20 km.
Aunque el telescopio acaba de entrar oficialmente en funcionamiento durante los últimos días, la imagen publicada fue obtenida en septiembre de 2019. A mediados de 2020 se espera que empiecen las observaciones definitivas.
Si te interesa saber más sobre DKIST te recomiendo escuchar los episodios 205 y 246 del podcast Coffee Break: Señal y Ruido.
Parker Solar Probe y Solar Orbiter
Pero los avances en observación solar no se quedan en tierra. Por su parte la Parker Solar Probe continúa orbitando alrededor del Sol cada vez con órbitas más bajas lo que la acerca cada vez más a nuestra estrella y le permite batir récords de velocidad. Así, el 26 de enero de 2020, alcanzó los ¡109,2 km/s!
Por otro lado la Solar Orbiter (SOLO) de la ESA está previsto que despegue el próximo 7 de febrero de 2020 a bordo de un cohete ATLAS V desde el Kennedy Space Center.
Aunque son misiones similares ( podríamos decir que complementarias) hay varias diferencias entre estas sondas y sus misiones. Parker Solar Probe lleva una menor carga instrumental pero pasará más cerca del Sol. Realizando diversas maniobras de asistencia gravitatoria llegará a encontrarse en sus órbitas finales a poco más de 6 millones de kilómetros del Sol (por este motivo está equipada con un potente escudo térmico). Se centrará especialmente en el estudio de la corona solar y en concreto en la zona en la que el plasma coronal se «descuelga» y se convierte en viento solar.
Al orbitar tan cerca del Sol la Parker Solar Probe no lleva a bordo instrumentos ópticos para observar el Sol directamente, aquí es donde llega la misión Solar Orbiter.
La sonda Solar Orbiter si podrá observar directamente el Sol y además su órbita será diferente. Realizando también diversas maniobras de asistencia gravitatoria modificará su inclinación orbital para observar el Sol fuera de su plano ecuatorial. Esto permitirá obtener información de las zonas polares del Sol, algo que hasta ahora no es posible y que es fundamental para entender el campo magnético solar. Solar Orbiter combinará observaciones para obtener nueva información sobre el viento solar, el campo magnético heliosférico, las partículas energéticas solares, las perturbaciones interplanetarias transitorias y el campo magnético del Sol.
Durante los próximos 7 años estas dos misiones nos permitirán observar el plasma solar desde dos puntos de vista diferentes y nos ayudarán a entender mejor el magnetismo solar.