La semana pasada Eva Villaver (@villavrr) presentó su libro «Las mil caras de la Luna» dando una agradable conferencia en el Planetario de Madrid con el aforo completo.
Eva Villaver es doctora en astrofísica, investigadora y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. Anteriormente ha trabajado para NASA y ESA y ha desarrollado importantes trabajos de investigación. Recientemente la editorial Harper Collins ha publicado su libro «Las mil caras de la Luna» en el que nos habla de nuestro satélite natural, su influencia en la naturaleza, cultura, el arte y la sociedad.
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La Luna siempre diferente
Eva nos encandiló desde el primer minuto con su voz y la pasión de su conferencia en un lugar tan emblemático y tan evocador como el Planetario de Madrid. Empezó a hablarnos sobre nuestro satélite natural, un lugar «encantador» a pesar de no tener atmósfera. La Luna es el único cuerpo celeste cuya superficie vemos a simple vista, está relativamente cerca y tiene una órbita elíptica que hace que no siempre esté a la misma distancia de nosotros. Además, sus movimientos de libración y sus fases hacen que la veamos siempre diferente por la incidencia de la luz solar. Los aparentes cambios de la Luna en sus fases son un espejismo. Lo que cambia es la incidencia de la luz solar en su superficie desde nuestro punto de vista. Todo ello lo vemos siempre sobre la misma cara ya que su movimiento de rotación y traslación se han sincronizado.
El ser humano en la Luna
Ahora que estamos celebrando el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, Eva Villaver nos recordó también los viajes de la misión Apolo y la importancia del viaje de vuelta. Nos contó algunas anécdotas de los astronautas durante el viaje y la estancia en nuestro satélite.
Es curioso que para comunicar que habíamos llegado a la Luna el mensaje clave fuese «El águila ha aterrizado» ya que un águila no podría nunca volar allí al no haber aire. ¿Verdad? Razón no le falta, pero todos sabemos el trasfondo simbólico que ese animal tiene en los Estados Unidos, no fue elegido al azar. Lo que si había en la Luna eran muchas rocas, algunas de las cuales los astronautas se trajeron a la Tierra para su estudio, aunque como ya nos contaría Eva más adelante los rusos corrieron menos riesgos para conseguirlas.
Influencia en la evolución y la cultura
También nos habló sobre la evolución de la vida en la Tierra y la importancia que la Luna ha podido tener en ella. Se cree que algunos peces evolucionaron y desarrollaron patas para salir del agua y caminar por la tierra, lo que les permitía sobrevivir cuando se quedaban atrapados en las pozas durante la bajada de la marea. Las mareas son provocadas por la Luna y el Sol. Sin la primera no tendríamos las mareas vivas que se producen durante la Luna llena y la luna nueva.
La Luna nos ha hecho soñar desde la antigüedad. El Sol sale y se pone todos los días. La Luna sale diferente cada día y además cada mes desaparece durante 3 días durante el novilunio. Por ello la Luna está deificada en la mayoría de las antiguas culturas. El ciclo lunar también está asociado a la fertilidad desde la antigüedad debido a la sincronía entre el ciclo menstrual femenino y la fase lunar. También se asocia a la Luna con el mito de la resurrección (al tercer día) por el hecho de que tras 3 días de desaparecer en el novilunio vuelve a ser visible.
Inspiración para soñadores
Al mirar por un telescopio vemos las imperfecciones de la Luna. Sus mares y cráteres muestran un paisaje castigado. Galileo la observó a menudo y también se fijó al observar Júpiter que éste tenía sus propias lunas. Nuestra forma de interpretar el Universo cambió observando las lunas de nuestro sistema solar.
Otro astrónomo famoso, Cassini, dibujó un atlas lunar científico en el que incluyó una imagen de una amada y un corazón. Incluso un frío mapa puede convertirse en toda una declaración de amor si hablamos de la Luna.
Méliès hizo su película «Viaje a la Luna» y reflejó nuestras ansias de viajar hasta ella, algo que por fin se hizo realidad 67 años después. La URSS fue por delante en toda la carrera espacial hasta que los norteamericanos llevaron a varios hombres alrededor de la Luna. Hasta ese año solo dos tortugas, unos gusanos y moscas de la fruta fueron los primeros seres vivos en circunnavegar la Luna. Las tortugas sobrevivieron al viaje, solo una de ellas perdió un ojo. Esto obligó a los americanos a adelantar la misión Apolo 8 a pesar de no estar todavía listos. Cuando llegaron a la Luna en las navidades del 68 los astronautas quedaron tan impresionados por la visión de la Tierra como de la propia Luna. Tuvimos que ir a la Luna para tomar conciencia de la fragilidad de nuestro planeta.
Otra de las anécdotas que Eva nos contó fue la de la foto «robada» por los británicos a los rusos de la misión Luna 9. La señal de la sonda que transmitió la imagen fue enviada sin codificar por motivos desconocidos y los británicos la publicaron antes que la prensa rusa, aunque cometieron el error de hacerlo deformada en un factor de 2.5
Un satélite inalterado
En la Luna no hay tectónica de placas, actividad geológica ni erosión atmosférica, por eso es muy interesante su estudio desde un punto de vista científico.
Esos estudios han demostrado que la Luna es poco densa y que tiene alteraciones en su campo gravitatorio. Recientemente se ha publicado información de que en su polo sur yace algún tipo de masa metálica.
La Tierra es el único planeta que tiene una luna tan grande en relación a su tamaño. Nuestro satélite estabiliza el eje de rotación de nuestro planeta y hace que tengamos un clima favorable para el desarrollo de la vida.
Sin duda la Luna está llena de encanto y todavía de secretos. Eva Villaver nos invitó a seguir mirándola y a conocerla un poquito mejor. Si la conferencia en el Planetario de Madrid o esta crónica sobre ella os animan a hacerlo no olvidéis haceros con un ejemplar de su libro. Una lectura recomendada para todo tipo de lunáticos.