«No había visto esto nunca antes en los 17 años que llevo fotografiando Júpiter» – Se refiere a la Gran Mancha Roja (GMR) de Júpiter y quien lo dice no es un cualquiera. Se trata de Anthony Wesley, un reputado astrofotógrafo australiano que seguramente sea una de las personas que más fotografías ha realizado del gran gigante gaseoso.
Desde hace varios días la comunidad de astrónomos planetarios está pendiente de Júpiter. Gracias a que este planeta se está aproximando a su oposición (el punto en que más cerca se encuentra de la Tierra) es un objetivo atractivo incluso para telescopios de aficionado. La GMR es un fenómeno fácilmente observable y desde hace algunas semanas los astrónomos más experimentados estaban detectando algunos cambios visibles en la atmósfera de Júpiter.
Un enorme penacho desprendido en la Gran Mancha Roja
El 19 de mayo Wesley fotografío una corriente de gas que parecía desprenderse de la GMR (previamente el día 8 ya observó un comportamiento anómalo en las altas capas atmosféricas). La corriente en si es una franja gaseosa de un color diferente al de la banda ecuatorial, de color claro, donde se encuentra la gran tormenta.
El penacho desprendido de gas alcanzaba los 10.000 Km de longitud en el momento en que realizó la captura y parece que continúa creciendo. Da la sensación de que los «desprendimientos» de gas son intermitentes, al menos en intensidad. «Cada corriente parece desconectarse de la GMR y luego se disipa, a la semana siguiente el proceso se repite.», comenta Wesley.
En imágenes tomadas por otro gran astrofotógrafo como es Damian Peach también se aprecian con todo detalle estas corrientes desde aproximadamente finales del mes de abril. Es como si la corriente de color rojizo «rodeara» la GMR.
La mayor tormenta del Sistema Solar
La Gran Mancha Roja, es un gran ciclón en la atmósfera de Júpiter con corrientes que superan los 400Km/h y que se observó por primera vez en 1664 o 1665 (hay discrepancias entre si su descubridor fue Robert Hooke o Giovanni Cassini un año después, es posible que Hooke viera otra cosa). Sea como fuere la mancha lleva más de 300 años en la atmósfera del planeta pero durante los últimos años su tamaño ha ido menguando.
No es la primera vez que vemos cambios significativos en la atmósfera de Júpiter. Al llamativo cambio de tamaño de la GMR podemos añadir la desaparición temporal de alguna de las bandas ecuatoriales como ocurrió en 2010 o la aparición de pequeñas manchas alargadas o «barcazas» y el impacto de algún cometa o asteroide de grandes dimensiones.
También es muy significativa la paulatina pérdida de color de la Gran Mancha Roja, que ya no es roja como tal sino que tiene más bien un color anaranjado/perlado. No olvidemos que recientes estudios también hicieron hincapié en el cambio de altitud del fenómeno atmosférico.
Tendremos que estar pendientes durante las próximas semanas de la evolución del fenómeno, algo tremendamente interesante no solo para los científicos, sino también para los astrónomos aficionados de todo el mundo que tienen mucho que contribuir a la investigación del fenómeno.