Durante estos últimos días de enero y primeros de febrero estamos disfrutando en nuestros cielos de una alineación de planetas que está siendo muy comentada tanto en medios de comunicación como en redes sociales. En realidad el hecho de que los planetas aparezcan alineados en el cielo no es nada extraordinario ya que todos se encuentran en el cielo siempre próximos a la línea de la eclíptica, pero lo que si es algo bastante extraordinario es el hecho de que podamos observar prácticamente a la vez la mayor parte de los planetas de nuestro Sistema Solar y esto es poco ordinario porque los planetas, al orbitar el Sol a diferentes distancias tardan más o menos tiempo en completar una vuelta alrededor de éste.
Por ejemplo, Mercurio tarda solo 88 días en completar una órbita alrededor del Sol, Venus 225, Marte 687 días pero es que Júpiter tarda la friolera de 11,8 años, Saturno 29,45 años, Urano 84 años y Neptuno 165 años. Como os podéis imaginar, hacer que todos los planetas coincidan en la zona visible del cielo en un momento concreto de la noche es una buena carambola cósmica. Bueno, pues esto pasará en los próximos días. Si bien durante las últimas semanas hemos podido observar durante las primeras horas de la noche todos los planetas excepto a Mercurio, a partir del próximo 20 de febrero también podremos observar este pequeño planeta durante los primeros momentos posteriores al atardecer. Y como digo, esto es bastante inusual porque hasta 2492 no se volverá a repetir el hecho de que tengamos todos los planetas, en un preciso instante, a la vista.
Si bien es cierto que para observa Urano y Neptuno necesitaremos un telescopio por su bajo brillo aparente y que para observar Mercurio y Saturno tendremos que hacer uso de nuestras mayores dotes de agudeza visual lo cierto es que tan solo el hecho de ver el potente brillo de Venus, Júpiter y Marte ya merecen de por sí salir a observar el espectáculo, sintiéndonos parte de esta «carambola cósmica». Para ello, lo mejor es ir a un lugar elevado, con los horizontes despejados y a ser posible lejos de la contaminación lumínica.
Por último, aclarar que esta «alineación» no tiene nada que ver con una conjunción. Las conjunciones se producen cuando los planetas están cerca de sí por efecto de la perspectiva óptica. Obviamente unos más lejos de nosotros que otros, pero visualmente cerca en el cielo entre sí, a 5º de distancia aparente o menos. En 2020 por ejemplo pudimos disfrutar de una bonita conjunción de Júpiter y Saturno. Ahí si que sería más preciso hablar de que los planetas están alineados con respecto al Sol, pero el término «conjunción» es más preciso y adecuado.
Recordad, los planetas en realidad siempre están alineados en el cielo, recorriendo las proximidades de la línea imaginaria de la eclíptica. Lo excepcional en este caso es el hecho de poder verlos todos a la vez.
