Ayer un compañero de la agrupación me comentaba que tenía el blog muy abandonado. No le falta razón, pero lo cierto es que en estas fechas es muy complicado escribir algo de astronomía práctica y este año, en concreto, especialmente difícil por la meteorología.
Y es que este otoño ( otoño astronómico, aunque ya estamos en el invierno meteorológico) está resultando muy nublado y bastante lluvioso. De hecho, solamente hemos podido salir un día con el telescopio, durante el puente de la constitución, la semana pasada. Con unas condiciones terribles de humedad y prácticamente con niebla, así es como salimos a echar un vistazo a la Luna y porque ya estábamos desesperados con unas ganas terribles de salir a ver algo. Conozco compañeros que desde finales de septiembre no han salido con el telescopio. Pero ¿Es esto habitual en estas fechas o este año es especialmente lluvioso?
Lo cierto es que no es extraordinario el pasar varias semanas en esta época sin salir con los telescopios. Si repaso la actividad del blog compruebo que en varios años hemos sufrido estas épocas de «sequía» astronómica. El año pasado, por ejemplo, vivimos una de las observaciones más raras al intentar observar el cometa Wirtanen entre la niebla. Diciembre del 2017 fue, en cambio, bastante benévolo, mientras que el otoño/invierno de 2015 y 2016 fueron un desastre. Si nos remontamos más vemos que en 2014/2015 fue en cambio bastante positivo.
No se si podemos decir que el tiempo esté especialmente loco o que estemos ante la peor temporada astronómica, pero desde luego estamos en una de las peores temporadas que recuerdo (otros años al menos hacía buen tiempo entre semana aunque los fines de semana se estropeara).
Ante esta situación solo nos queda ser pacientes, aprovechar para leer libros o revistas de astronomía, ver documentales, reprocesar fotos o tomar un café con los compañeros de salidas para rememorar los buenos momentos de este año.
