El pasado 24 de mayo pudimos ver un magnífico halo solar sobre Madrid. Yo me enteré por un grupo de Whatsapp y por Twitter, enseguida mi TL empezó a llenarse de fotos del vistoso fenómeno. Me asomé por la ventana y vi medio arco (el Sol ya no daba en la fachada) muy contrastado así que bajé a la calle a sacar algunas fotografías. Algunos vecinos me miraban extrañados mientras hacía fotografías al Sol tapándolo con la farola (hay un dicho que dice que cuando el dedo apunta al cielo, el tonto mira el dedo).
Como ya tengo fama de «rarito» en mi comunidad de vecinos por la lucha que tengo contra la contaminación lumínica que generan las farolas de la urbanización (a quién se le ocurre poner focos apuntando hacia arriba), me acerqué para explicarles el fenómeno y lo observaron fascinados.
¿Cómo se forma un halo solar?
Los halos solares o antelias son fenómenos ópticos producidos por la refracción de la luz en los cristales de hielo hexagonales en la troposfera. El radio angular es de 22º por eso también se les conoce como «halo 22». Es bastante inusual observarlo en nuestras latitudes, normalmente se suele ver con facilidad en zonas árticas o próximas a los círculos polares. En esta ocasión se pudo observar por la presencia de nubes de tipo cirros como se puede observar en la imagen.
La iridiscencia era muy acusada. Como podéis ver en la parte interior destaca el color rojo, luego el amarillo, el verde, azul y morado, un arcoíris circular.
Es la primera vez que veo un halo solar tan marcado. En otra ocasión pude fotografiar un parhelio o «sundog» que es un fenómeno parecido. Sucedió en diciembre, con mucho frío en Guadalajara. Como se puede apreciar, en este caso la circunferencia no es completa, pero la iridiscencia es elevada en los laterales.
Este fenómeno también se puede dar de noche con la Luna.