Sábado de julio, cielos despejados y ganas de salir al campo con los telescopios pero hay un problema. Es uno de esos días «raros» en los que no hay planetas a la vista hasta altas horas de la noche y en los que no sabes si compensa irte lejos porque la Luna sale a las 01:30 apenas 2 horas de iniciarse la noche astronómica, lo que te da apenas 2 horas de cielo realmente oscuro. Para colmo, había quedado con un amigo para salir y en el último momento tuvo un cambio de planes así que ¿Qué hacemos? Los lugares cercanos o tienen mal cielo o no me dan tranquilidad de ir solo. Los lugares lejanos no me compensan. Al final me resigno y nos vamos al centro comercial a hacer unas compras obligadas por una boda próxima y cenamos fuera. He cambiado las estrellas y los planetas por el ocio capitalista, me siento sucio.
Volvemos a casa a eso de las 23:30 y nos ponemos una peli en Netflix. Siento un vacío dentro de mí. Ojeo las redes sociales en el móvil y abro la App de SkySafari para torturarme y saber lo que me estoy perdiendo. Veo que Saturno está ya sobre el horizonte y me asomo a la ventana con poca esperanza de poder verlo porque sale demasiado hacia el sur, con mala visibilidad desde casa pero para mi sorpresa está al alcance de la vista. Es más, una hermosa Luna menguante está también apareciendo por el horizonte, más hacia el este… ¿Y si me traigo el telescopio al salón y hago unas fotos a Saturno? Noto que la ilusión me da un subidón de energía así que no me lo pienso más.
El telescopio no tengo ni que montarlo, es moverlo de la habitación donde he estado haciendo solar esta tarde hasta el salón. Ni lo quito de la montura, el Mak127 y la Az-GTi son ligerísimos. En 5 minutos ya lo tengo plantado en el salón y estoy alineado. Pongo la cámara enciendo el portátil y enfoco a Saturno. Ahí están sus anillos, mucho más estilizados que el año pasado ya que van reduciendo su inclinación con respecto a nosotros. Capturo unos cuantos vídeos y me quedo satisfecho. ¡Primer Saturno de la temporada conseguido!
A continuación apunto a la Luna y voy sacando algunos vídeos más, de zonas conocidas como Plato y Vallis Alpes, Sinus Iridum, el majestuosos Copernicus o Clavius, zonas de la Luna que habitualmente no suelo observar ya que siempre es más favorable observar la fase creciente que la menguante. De repente recuerdo que tengo un ocular Zoom de Svbony que me llegó el otro día y del que tengo que hacer una review así que desmonto la cámara y me pongo a hacer un poco de visual con él. Es un ocular zoom de grandes aumentos 3-8mm y por el seeing y altura de la Luna no le saco provecho a menos de 6mm. Aun así disfruto de un terminador espectacular con un montón de detalles y una Rima Ariadaeus como nunca he disfrutado. Mare Vaporum me llamó mucho la atención por su oscuridad y contraste.
Abandono el terminador y regreso a la zona iluminada para detenerme en Aristarco y su espectacular albedo. Junto a él la famosa «cabeza de cobra» en Vallis Schröteri.
Con el adaptador de digiscoping grabé algunos vídeos con el móvil y después monté un 38mm de Baader para sacar una panorámica general de la Luna para finalmente seguir en visual con el Zoom de Baader entre 8 y 24mm, una focal mucho más agradecida para la ocasión y que disfruté como un niño. Tanto es así que cuando me quise dar cuenta ya eran las 03:30 y Júpiter brillaba sobre el horizonte. Dentro de poco lo tendré un poco más a tiro pero no desperdicié la ocasión de echarle un primer vistazo aunque la extinción atmosférica era tan bestial que apenas se distinguían sus bandas.
Parecerá una tontería, pero una breve e improvisada sesión de observación urbana me animó muchísimo y me fui a dormir mucho más relajado, con la sensación de haber aprovechado el fin de semana para lo que realmente me gusta, que es la astronomía. Supongo que a muchos de vosotros os pasará.
